Comentarios

  1. Daniel  septiembre 18, 2019

    Buenos dias, Elena y Cocua.
    ¡Que bonito articulo!, me ha dado mucho placer volver a leer y recordar al singular Capitan Kurt, debio ser una gran y buena persona, como pude intuir en su libro «La Vuelta al mundo sin prisas», una forma mas relajada de realizarla y la que veo mas factible ultimamente.
    Me ha recordado aquellos correos que intercambie con Elena en el año 2010 y 2011 primero para interesarme por la venta del Nicole y despues para enviarle una entrevista que le hicieron el contra de La Vanguardia.
    En aquella ocasion Elena me comento que Kurt se queria sacar el carnet de avioneta y asi empezar una nueva aventura, que pena que no pudiese inicarla.
    Pero bueno creo que los ultimos 20 años de su vida fueron muy felices y placenteros.
    Tengo pendiente acercarme un dia a Altea y visitar La Mascarada (estuve un fin de semana pero me lo encontre cerrado) y el pequeño museo dedicado a el y tomarme una cerveza brindando y recordando al buen Capitan Kurt.
    Abrazos, Daniel Tribaldos.

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  2. Elena Serrano  septiembre 18, 2019

    Muchas gracias por tus palabras, Cocúa!

    Me encanta cada vez que me sorprendes con tu visita en Altea y entras al bar gritando “taberneraaaaa!!!”

    Sólo puedes ser tú! Jajajajaja

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  3. Eduardo  julio 13, 2022

    Maravilloso tu artículo, Elena.
    Que fortuna la tuya al conocer y compartir vida con el capitán Kurt.
    Quizá a través de tu experiencia con la enfermedad y con el capitán tu podrías escribir tu libro:
    La vida, sin prisas.
    Un abrazo, alguna día apareceré por «La mascarada»

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